Con el gesto de la inmersión en agua caliente -los japoneses dicen que la temperatura ideal ronda los 43 grados- el ajetreo del trabajo ordinario y de las actividades sociales se instala en un ritmo más lento, medido sobre la respiración y los latidos de nuestro corazón.
De este lejano ritual, que aún hoy se repite en los ryokans y baños públicos del país del Sol Naciente, Antoniolupi extrae, con Carlo Colombo, el proyecto de la bañera OFURO, modulada en torno a una geometría amplia y generosa.
Una forma elegante, una gran escultura, una bañera que parece haber sido realizada a partir de un único bloque, trabajado, cortado por la hábil mano del hombre o erosionado por la fuerza natural del agua. La coexistencia de líneas rectas y bordes afilados con formas suaves y superficies curvas valora la composición permitiendo contemplar también la colocación en esquina de la misma. El borde rebajado de la parte frontal invita a entrar, a sumergirse por completo tanto en la versión exenta como cuando se empotra en el suelo y adopta la imagen de un cubo de agua natural. Ofuro está fabricada en Flumood y tiene un borde de grosor variable, más ancho en algunas partes con la consiguiente posibilidad de apoyar objetos y productos de cuidado corporal, más fino en otras para aligerar el imponente volumen. La bañera puede equiparse con luz LED integrada en la base, lo que da una sensación de elegancia, ligereza y suspensión.
